domingo, 13 de diciembre de 2015

Las hijas de la venganza

      Las hijas de la venganza




      Zaheridas y desprestigiadas,
día a día
escupidas y apedreadas,
las mujeres sienten la injusta necesidad
de pasar otra prueba de vida,
una calamidad más a superar
que las mantiene en vilo.
Y ya están hartas de sacrificio
o de criarse para el degüello.

   Esclavos de la violencia ellos,
inseguros de sus propias reacciones,
sudan tinta roja cuando, a sus esclavas,
la luz las intensifica llenándolas de emociones;
sus cuerpos de cera,
lánguidos y tristes, se hacen visibles, y sus caras
se derriten en una sola expresión, se animan.
Y por fin, revelando su voluptuosa fisonomía,
se alzan cargadas de venganza.

    Sí,… dejan de someterlas
porque ya no hay quien las enjuicie,
no hay dios que las encauce,
ya nada las preocupa: no se dejan maniatar,  
ni abiertas de piernas
son túnel por donde pasen los trenes;
no asumen ningún hecho de sus deudores,
quieren satisfacción y la tendrán…
   Ellas,  por sus vidas,  forman remolinos y eses.


    Mikel Luna 13/12/15 Amsterdam







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