viernes, 11 de diciembre de 2015

En un recóndito lugar

           En un recóndito lugar


    A medida que vas profundizando
te alejas del ojo que todo lo controla,
de los besos dados con desidia
y, también, de la estrechez del sexo por piedad.
Tu mente espontánea, libre de todo shock,
aparta a las rémoras de lo espiritual inerte,
y el peligro a ser mentida se queda en una encrucijada,
como falso acicate, sin hallar a quien trastornar.

    Te cubre el manto de la Noche,
y sin temor a ser olvidada o violada
te metes en un corazón que late por amor
y, a cada latido, te alejas de ese mal dolor
que causa cualquier insatisfacción
en una ilusión compartida
que apenas se adorna de fantasía,
y te revuelcas en la pasión cual gata en celo.

  Nadie te pregunta de dónde vienes,
si de un cielo líquido o de un verdadero infierno;
te abres de par en par a lo desconocido
y vibran los tejidos de tu cuerpo.
Muy lejos de donde duermes sin soñar,
para ti, llegó el instante deseado
de tener sendos orgasmos,
ahora y cada vez que las rosas se abran a tu alrededor.


Mikel Luna 12/13/2014











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