Homenaje póstumo II al Duque Blanco
Visiones sin drogas
Música dual de gran
intensidad…
Después
de la muerte del Duque Blanco
en
una traslación que nadie imagina
sigue
sonando, con profundidad cósmica,
un
himno al cisne negro, a lo sensorial,
y
en contra del hombre que vendió el mundo.
Más
que nunca él se siente reconocido
por
los que lloran sangre.
Es la Muerte quien toca el violín
en
honor al músico camaleón,
y
el día y la noche se quedan entre cuatro paredes
para
los que tienen miedo a la aventura
de
viajar al más allá.
Flotan
fusas, semifusas y corcheas
dentro
de una cápsula solar
y,
los que afinan instrumentos, no detectan
anomalías.
Protegido por huesos el genio
lleva
un corazón cronológico
generando
emociones, llenándole los vacíos
a
las mujeres que todavía le aman.
Alrededor
de él gravitan rarezas cuánticas;
un
ovoide encierra sus secretos conflictos
y
génesis de sus oscuras criaturas
dotadas
para explorar los confines del Universo.
Mikel Luna
12/01/2016 Amsterdam