Talismán
de falsas verdades
conoces lo
que todos buscan,
y matarían
por tener las dos mitades.
De
mente afilada y lupa
en los ojos,
juez de nuestros actos,
sólo ordenas
fabricar ataúdes; ocupas
el trono de
un poder putrefacto
que se
mantiene por la inercia del vicio,
y ahí
profundizan tus raíces arañando un universo intacto.
Talibán de
pensamiento eres el suplicio
de la vida. Son
lacras las ristras en tus collares
y haces
cuentas de cara a cualquier natalicio.
Contento con los fracasos y pesares
no piensas en
darle fin
al curso
equivocado de tus azares;
suspendes al
ángel y al paladín
y apruebas a
los de carácter criminal.
Tenerte lejos,…
aún no hay confín.
No renuncias a tu paraíso fiscal
porque la
Materia Oscura ̶ tu eterna enemiga,
en su
dilatación no te sostiene cual dios principal.
Sugieres la
pena de muerte y el estigma
cuando
empieza a despertar la conciencia
y no hay
quien te siga
que no lo
lleves a la demencia. *
Pero sí te caerán lágrimas
por un amor
que no será tu indulto,
que, en
periodo de sequía,
hace germinar
flores y llena páginas,
en todos los
idiomas, de poesía;
amor de una
Venus, a tus ojos oculto,
que no te
admira y sí te detesta,
pues no
puedes regalarle una flor
sin que ésta
grite o llore sangre o se muera
al percibir
tu hedor.
* Terceto encadenado Mikel Luna 13/06/16 Amsterdam
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